"Porque nuestras ligeras y momentáneas tribulaciones están logrando para nosotros una gloria eterna que las sobrepasa a todas en abundancia". 2 Corintios 4:17
Dios tiene un propósito detrás de cada problema. Él usa las circunstancias para formar nuestro carácter. Los problemas nos forzar a poner los ojos en Dios y a depender de El en lugar de nosotros mismos.
Somos como joyas, moldeadas por el martillo y el cincel de la adversidad. Si el martillo del joyero no es lo suficientemente fuerte para remover nuestras asperezas, Dios usará un mazo. Si somos muy tercos, Dios usará un martillo de aire para pavimento. El usará lo que sea necesario. ¿Por qué Dios ha de eximirnos de lo que
Permitió que su propio Hijo experimentara?
Permitió que su propio Hijo experimentara?
Dios sabe qué es lo mejor para usted y tiene sus mejores intereses en mente. Dios no espera que se sienta agradecido por el mal, por el pecado, por el sufrimiento o por las dolorosas consecuencias de todas estas cosas el mundo. Dios quiere más bien que le dé gracias porque El usará sus problemas para llevar a cabo Sus propósitos.
La formación del carácter es un proceso lento. Cuando tratamos de evitar o de escapar de las dificultades de la vida, le provocamos un alto al proceso, retardamos nuestro crecimiento y en realidad acabamos con una clase peor de dolor – el tipo de dolor inservible que acompaña la negación y el escape.
Si está enfrentando tribulaciones en este momento, no se pregunte, "¿Por qué yo?" Más bien pregunte, "¿Qué quieres que aprenda?" Después confíe en Dios y continúe haciendo lo correcto.
🔛Un Punto Para Reflexionar: Hay un propósito detrás de cada problema.
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Una Pregunta Para Considerar: ¿Qué problema en mi vida me ha causado el mayor crecimiento?
Abrazadas por Su Gracia®
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