INTÉNTALO UNA Y OTRA VEZ, DIOS ESTÁ CONTIGO
Aunque Dios nos haya prometido grandes bendiciones, a veces por las dificultades y crisis la fe flaquea. Todo esto es parte del caminar cristiano, pensemos por un momento ¿Cuál de aquellos grandes instrumentos de Dios según la Biblia no atravesó por momentos difíciles?
Pero todos ellos tuvieron una gran virtud: fueron a Dios reconociendo su condición y gran necesidad de él. Por eso lograron ver la gloria de Dios, pues él se hace grande cuando el hombre reconoce su pequeñez...
1 Reyes 18:42-45 “Y Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora y mira hacia el mar. Y él subió y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. Y a la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve y di a Acab: Prepárate y desciende, para que la lluvia no te detenga. Y aconteció que, estando en esto, los cielos se oscurecieron con nubes y viento y hubo una gran lluvia”.
Israel estaba pasando por una gran sequía, los cielos estaban cerrados por la idolatría que el pueblo practicaba adorando a los baales. Habían abandonado su fe y culto a Dios. El Señor usó a muchos profetas para que su pueblo se volviera a él, pero como sucede la mayoría de las veces sólo el dolor y fracaso hace que el hijo de Dios se vuelva a él. Todo esto nos recuerda que la obediencia genera cielos abiertos, es decir bendiciones del Señor para su pueblo.
Han transcurrido tres y medio años de sequía y ahora el profeta Elías aparece de nuevo para declarar al rey de Israel que va a llover. El texto bíblico nos dice que el profeta sube a la cumbre del monte Carmelo, recordemos que en la Biblia los montes representan poder, entonces podemos ver aquí la evidencia del poder de la oración. El profeta se postró en tierra poniendo su cabeza entre las rodillas, posición que sólo se logra en la medida en que es un hábito. Ésta posición también nos habla de humillación en la presencia del Señor. La humildad es condición para acercarse al Trono.
Elías empieza a orar y el criado una y otra vez le da malas noticias, su oración no obtiene respuesta las primeras seis veces. Ante esto Elías pudo haber murmurado, renunciado o decirle a Dios: “me mentiste”. Pero el profeta persiste en oración. Ejemplo que debemos imitar. Con frecuencia renunciamos a la oración ¿por qué? Porque pensamos que Dios se está demorando, o que lo está haciendo mal, o dudamos que lo haga como deseamos.
Debemos tener presente que nosotros somos quienes estamos al servicio de Dios y no él al nuestro. Dios es soberano, hace cuando, como y con quien él quiera. Sin duda, todo lo hace por amor y por lo tanto lo que el hará a nuestro favor será lo mejor para nuestra vida.
Dios nos permite ver la pequeña nube como evidencia de lo que hará. Elías concluyó que al aparecer una pequeña nube vendría la gran lluvia prometida por Dios, lo que así fue. Entonces él te dejará ver su mano aun en pequeñas cosas y detalles para mostrarte que él lo hará, que está de tu lado, no renuncies, persevera y en el tiempo de Dios veras sus maravillas a tu favor.
Escrito por
Pastor Gonzalo Sanabria
Pastor Gonzalo Sanabria
No hay comentarios:
Publicar un comentario