domingo, 15 de enero de 2017

Día 8 Intimidad con Dios AYUNO DE DANIEL



“Intimidad con Dios”



 

En el transcurso de esta semana estaremos profundizando y aprendiendo sobre la oración; cuya clave es la relación que aprendes a desarrollar con Dios al pasar tiempo con El, adorarlo y conocerlo de manera íntima y profunda.


¿Qué crees que significa orar?
Una definición sencilla es: hablar con Dios, pedir y alabar a Dios, descansar en El o guerrear contra el adversario.  Pero hoy nos enfocaremos en  la intimidad de la oración, tomando como guía el modelo de la vida de Jesús.
Jesús les enseñó a sus discípulos un modelo de oración, Mateo 6:9-15 dice: “Padre nuestro que estás cielo (…); gracias a Jesús tenemos una nueva relación con nuestro Padre celestial.
En Mateo14:36 “Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago tan amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tu”. Notemos que cuando Jesús llamó a su Padre “Abba”, es como cuando un niño llama a su papá “PAPI”, y es debido a esa relación tan profunda con su Padre que tuvo la fortaleza para soportar y enfrentar el sufrimiento físico y luchas espirituales en la cruz al hacerse pecado por nosotros, 2 Corintios 5:21.
“La relación une a los hijos con su padre¸ la reverencia une a los adoradores con Dios”.
Esta invitación de intimidad con Dios la podemos ejemplificar al observar a un niño que disfruta el regreso de su padre al regresar del trabajo, al sentarse en su regazo y contarle sus aventuras diarias hasta quedarse dormido sintiéndose seguro y tranquilo para despertar de nuevo con más energía.  La sola presencia de su papi es suficiente.
¿Podemos acaso orar sin palabras?  La oración es una relación cara a cara con Dios, disfrutar de la presencia de Dios, sin decir nada, solo siente su amor y paz inundando tu ser.
Como hijos debemos orar confiadamente y como herederos  seguros que tendremos respuestas. Pide como un niño.
Existen varias maneras de definir la intimidad y las acciones que llevan a experimentarla con tu Padre Celestial:
1.     Intimidad es estar allí: Debes acercarte a tu Padre celestial Salmo 84:10
2.     Intimidad es buscar la presencia del Padre: El está sentado en el trono de los cielos. ¿Por qué no gateas hasta su regazo? Como un niño lo hace con su papi, tú  puedes hacerlo con tu Padre celestial. Salmo 27:4
3.     Para experimentar la intimidad con Dios no necesitas aprender nada: Los pequeños no toman cursos para ser niños, simplemente lo son; aprenden dentro de su familia a amar y el amor les abre las puertas para que pidan. Así que, pide como hijo por tu proyecto del ayuno de Daniel.
4.     La intimidad es un privilegio para disfrutar: Cuando entras a la habitación del trono de los cielos, Dios dejará todo para escucharte.
5.     La intimidad se aprende del cielo no de la tierra: Si tu experiencia terrenal hace que tus oraciones e intimidad con Dios sean  difíciles, pídele que sane  tus recuerdos, tus inclinaciones y falta de deseo por una intimidad con El. Debes perdonar a los miembros de tu familia que destruyeron tu idea de intimidad.
6.     Permite que la intimidad se desarrolle: ¿Cómo puedes pasar de la fase de “pedir” en la oración a la oración de intimidad? Ve a la presencia de Dios, espera en Dios y pon en El tu esperanza. Te aseguro que verás respuestas.
7.     Espera que el arte de la intimidad crezca: Es natural que los bebes lloren al tener hambre o sueño y no dejan de hacerlo hasta estar satisfechas sus necesidades ¿Eres tu un bebé espiritual?  Si es así, llora a Dios por cualquier cosa que necesites. Los bebes deben crecer y Dios ha puesto las familias para enseñarles como compartir, recibir, dar y amar. La contraseña para crecer: es AMOR. “Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero”, 1 Juan 4:19.
8.     La verdadera intimidad equilibra la tensión entre la reverencia y la relación:
Dios es el “Yo Soy el que soy”, Omnipotente y Creador y por ello nos inclinamos en su presencia y decimos “Santo, Santo, Santo” ...  Este es el lado imponente de la puerta. Pero cuando la cruzamos, nos encontramos en la presencia de Nuestro Padre Celestial. Y decirle “Abba Padre”, mi papi y sentarnos en su regazo y descansar o decirle: “te amo papi”, disfruta ese momento glorioso.
 

MI TIEMPO PARA ORAR

Señor, voy a esperar en tu presencia, sin pedir nada. Espero en tu presencia para conocerte mejor.

Señor, quiero conocerte más íntimamente, mas íntimamente de lo que conozco a cualquier persona de la tierra.

Señor, te reverencio como mi Señor soberano y  Dios del universo. Te alabo, te adoro y me inclino ante ti.

Señor, enséñame cuando debo reverenciarte y cuando debo buscar tu intimidad. Amén.

 

MI ACTITUD DE AGRADECIMIENTO

Agradezco a Dios por:

Realiza una lista de cosas por las que estés agradecida(o) y por las cosas que anhelas recibir en el ayuno y oración de 21 días.

 

MI RESPUESTA DE HOY

Si obtienes una respuesta de parte de Dios, tómate el tiempo para anotarla y dejarla escrita en tu diario de experiencias



 

El Ayuno de Daniel

Cómo Ayunar para obtener victorias espirituales

Elmer L. Town
Páginas 103-110
 
Abrazadas por Su Gracia©

 

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