“Intimidad con Dios”
En el transcurso de esta
semana estaremos profundizando y aprendiendo sobre la oración; cuya clave es la
relación que aprendes a desarrollar con Dios al pasar tiempo con El, adorarlo y
conocerlo de manera íntima y profunda.
¿Qué crees que significa orar?
Una definición sencilla es: hablar
con Dios, pedir y alabar a Dios, descansar en El o guerrear contra el
adversario. Pero hoy nos enfocaremos
en la intimidad de la oración, tomando
como guía el modelo de la vida de Jesús.
Jesús les enseñó a sus
discípulos un modelo de oración, Mateo 6:9-15 dice: “Padre nuestro que estás cielo
(…); gracias a Jesús tenemos una nueva relación con nuestro Padre celestial.
En Mateo14:36 “Abba,
Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago tan amargo, pero
no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tu”. Notemos que cuando Jesús
llamó a su Padre “Abba”, es como cuando un niño llama a su papá “PAPI”, y es debido
a esa relación tan profunda con su Padre que tuvo la fortaleza para soportar y
enfrentar el sufrimiento físico y luchas espirituales en la cruz al hacerse
pecado por nosotros, 2 Corintios 5:21.
“La relación une a los
hijos con su padre¸ la reverencia une a los adoradores con Dios”.
Esta invitación de
intimidad con Dios la podemos ejemplificar al observar a un niño que disfruta
el regreso de su padre al regresar del trabajo, al sentarse en su regazo y
contarle sus aventuras diarias hasta quedarse dormido sintiéndose seguro y
tranquilo para despertar de nuevo con más energía. La sola presencia de su papi es suficiente.
¿Podemos acaso orar sin
palabras? La oración es una relación
cara a cara con Dios, disfrutar de la presencia de Dios, sin decir nada, solo siente
su amor y paz inundando tu ser.
Como hijos debemos orar
confiadamente y como herederos seguros
que tendremos respuestas. Pide como un niño.
Existen varias maneras de
definir la intimidad y las acciones que llevan a experimentarla con tu Padre
Celestial:
1.
Intimidad
es estar allí: Debes acercarte a tu Padre celestial Salmo 84:10
2.
Intimidad
es buscar la presencia del Padre: El está sentado en el trono de los cielos.
¿Por qué no gateas hasta su regazo? Como un niño lo hace con su papi, tú puedes hacerlo con tu Padre celestial. Salmo
27:4
3.
Para
experimentar la intimidad con Dios no necesitas aprender nada: Los pequeños no
toman cursos para ser niños, simplemente lo son; aprenden dentro de su familia
a amar y el amor les abre las puertas para que pidan. Así que, pide como hijo
por tu proyecto del ayuno de Daniel.
4.
La
intimidad es un privilegio para disfrutar: Cuando entras a la habitación del
trono de los cielos, Dios dejará todo para escucharte.
5.
La
intimidad se aprende del cielo no de la tierra: Si tu experiencia terrenal hace
que tus oraciones e intimidad con Dios sean
difíciles, pídele que sane tus
recuerdos, tus inclinaciones y falta de deseo por una intimidad con El. Debes
perdonar a los miembros de tu familia que destruyeron tu idea de intimidad.
6.
Permite
que la intimidad se desarrolle: ¿Cómo puedes pasar de la fase de “pedir” en la
oración a la oración de intimidad? Ve a la presencia de Dios, espera en Dios y
pon en El tu esperanza. Te aseguro que verás respuestas.
7.
Espera
que el arte de la intimidad crezca: Es natural que los bebes lloren al tener
hambre o sueño y no dejan de hacerlo hasta estar satisfechas sus necesidades
¿Eres tu un bebé espiritual? Si es así,
llora a Dios por cualquier cosa que necesites. Los bebes deben crecer y Dios ha
puesto las familias para enseñarles como compartir, recibir, dar y amar. La
contraseña para crecer: es AMOR. “Nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero”,
1 Juan 4:19.
8.
La
verdadera intimidad equilibra la tensión entre la reverencia y la relación:
Dios
es el “Yo Soy el que soy”, Omnipotente y Creador y por ello nos inclinamos en
su presencia y decimos “Santo, Santo, Santo” ... Este es el lado imponente de la puerta. Pero
cuando la cruzamos, nos encontramos en la presencia de Nuestro Padre Celestial.
Y decirle “Abba Padre”, mi papi y sentarnos en su regazo y descansar o decirle:
“te amo papi”, disfruta ese momento glorioso.
MI TIEMPO PARA ORAR
Señor, voy a esperar en
tu presencia, sin pedir nada. Espero en tu presencia
para conocerte mejor.
Señor, quiero conocerte más íntimamente, mas íntimamente de lo que conozco a cualquier persona de la tierra.
Señor, te reverencio
como mi Señor soberano y Dios del
universo. Te alabo, te adoro y me inclino ante ti.
Señor, enséñame cuando
debo reverenciarte y cuando debo buscar tu intimidad. Amén.
MI ACTITUD DE AGRADECIMIENTO
Agradezco a Dios por:
Realiza una lista de cosas por
las que estés agradecida(o) y por las cosas que anhelas recibir en el ayuno y
oración de 21 días.
MI RESPUESTA DE HOY
Si
obtienes una respuesta de parte de Dios, tómate el tiempo para anotarla y
dejarla escrita en tu diario de experiencias
El Ayuno de Daniel
Cómo Ayunar para obtener
victorias espirituales
Elmer L. Town
Páginas 103-110
Abrazadas por Su Gracia©
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