¿Conoces la palabra para compartirla con
alguien más?
Sabemos que es necesario memorizar versículos
para seguir creciendo espiritualmente. Queremos hacerlo, hasta les decimos
otros lo bueno que es memorizar. Pero a medida que los años pasan (¡ay!)
nuestra mente parece llenarse de muchas cosas y encontramos cada vez más
difícil aprender versículos de memoria.
Hay veces que saco el tiempo para ponerme a
memorizar, lo intento ¡y los versículos simplemente no se me quedan! Bueno, si
a ti también te pasa esto y estás luchando con poder recordar los versículos,
CONSIDERA ESTAS 10 IDEAS
1.
Cuida tu cuerpo – Si no
duermes bien, tu memoria va a fallar. No sólo a la hora de memorizar los
versículos, sino en cada aspecto de tu vida diaria. ¿Estás durmiendo lo
suficiente? Con un bebé de casi 5 meses y otros dos niños pequeños, mis noches
son muy cortas. Pero estoy “obligándome” a recuperar energía echando mano de
una sabia costumbre española: ¡la siesta! Antes me sentía culpable de dormir
esos 25-30 minutos por la tarde ¡tantas cosas que hacer! Ahora me he dado
cuenta de que funciono mejor si echo la siesta en esos días en los que no pude
dormir de noche. Algo que también impide la concentración es la deshidratación.
Toma un vaso de agua cada hora, vas a sorprenderte de los resultados, no solo
en tu cuerpo, sino también en tu memoria.
2.
Piensa en cuál es tu objetivo
- ¿Cuál es tu objetivo? ¿Guardar la
Palabra de Dios en tu corazón? Vale la pena tomarse el tiempo de reflexionar
sobre esto en oración. Pídele al Señor que te muestre cómo está tu corazón en
cuanto a esto. Él se asegurará de ayudarte a ver si tu objetivo es glorificarte
a ti o glorificarle a Él.
3.
Haz un plan para memorizar que
tenga en cuenta tus circunstancias personales – Una vez que tu motivación
está clara, implementa un plan realista para memorizar que tome en cuenta las
demandas de tu vida diaria. Quizás tengas que quitar algo de tu horario para
sacar un tiempo extra para memorizar. Quizás debas dejar a un lado, al menos de
momento, tu plan de memorizar un número excesivo de versículos a la semana si
realmente no tienes el tiempo de hacerlo. Si planeas por encima de tus
posibilidades reales, vas a frustrarte y, seguramente, dejar de
intentarlo.
4.
Ora por tu mente – Ora
para que el Señor te ayude a no distraerte y a mantener tus pensamientos bajo
la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5).
Ora para tener la mente de
Cristo (1 Corintios 2:16). Ora para que te
transforme por medio de la renovación de tu mente (Romanos 12:2).
5.
Medita en el versículo
– Antes de ponerte a memorizar un versículo, pasa un tiempo meditando en
él, en lo que significa. Es más fácil recordar un versículo que significa algo
para ti que recordar un grupo de palabras.
6.
Memoriza en tu mejor momento
del día - ¿Tu mente está más fresco a primera hora de la mañana? ¿Necesitas
un tiempo para “despertarte” bien?
7.
No hay reglas sobre cuándo debes memorizar,
depende de ti. Yo soy de las que funciono mejor en las mañanas, cuanto más
temprano mejor. Pero piensa en tu día ¿a qué hora te sientes más productiva?
¿En qué momento sientes que tu mente está más centrada? Ese es el momento ideal
para memorizar.
8.
Repite, repite, repite
– Di cada versículo en voz alta al menos diez veces. Puede que necesites
repetirlo más veces. ¡Repítelo cuanto haga falta! Tu músculo cerebral necesita
ejercicio también. Si tardas varios días en aprender un versículo ¿cuál es el
problema? lo importante es que lo aprendas de memoria y que lo aprendas bien
para que no se te olvide después. Sique repitiéndolo hasta que te salga
bien.
9.
Piensa en tu estilo de
aprendizaje - ¿Eres de las que rinde mejor con métodos de aprendizaje
visual? Elabora tu tarjeta de memoria.
10.
Escribe el versículo y llévalo
contigo durante el día. Pégalo en los lugares de la casa en los que lo puedas
ver, en el espejo del baño, la nevera, la puerta… pon tantos como sean
necesarios. Si aprendes mejor escuchando, hazte con una versión en audio de la
Biblia. O simplemente grábate repitiendo el versículo o el pasaje y escúchalo
durante el día. También puedes buscar una canción con ese versículo ¡o inventor
una tú misma!
11.
Repasa durante el día
– Forma el hábito de repetir el versículo durante el día mientras haces
otras cosas: lavar los patos, doblar la colada, ir a buscar a los niños a la
escuela…
¡No te rindas! – Persevera. Corre con paciencia la carrera ante ti.
(Hebreos 12:11). Si tardas un mes entero en
aprender (bien) un versículo, ya habrás memorizado un versículo más de los que
sabías cuando comenzaste. Con la ayuda de Dios, ¡puedes hacerlo!
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