PRINCIPIO DE VIDA 1
Nuestra
intimidad con Dios, que es Su prioridad para nosotros,
determina el impacto que
causen nuestras vidas.
Génesis 1.26
Una de nuestras mayores necesidades es saber que somos amadas. Cada una de nosotras debe tener la certeza, en lo más profundo de su corazón, de que
alguien nos ama, de que alguien se preocupa por nosotras y desea lo mejor para
nosotras.
Así nos hizo Dios. Él quiere que sepamos que nos ama a cada una con una
intensidad que excede a lo expresable con palabras.
Dios creó a los seres humanos teniendo en mente una relación, primero
con Él, y luego con otros. Pero no podremos amar plenamente a los demás hasta
que hayamos experimentado personalmente el amor de Dios. Experimentamos su amor
cuando nos rendimos voluntariamente a su llamado de ser nuestro Salvador, Señor
y Amigo.
Dios creó a los seres humanos
teniendo en mente una relación, primero con Él, y luego con otros.
Hay, al menos, tres razones para que Dios procure nuestra entrega:
·Él nos ama y desea
nuestra comunión y adoración.
Mientras no le demos todo a Dios, no podremos conocerle plenamente ni
experimentar del todo su amor. Cuando nos rendimos a Él, lo tenemos todo de Él.
·Él quiere que
nuestro servicio a Él sea eficaz y fructífero.
Cuanto más conozcamos y amemos a Jesús, más eficaz será nuestro
servicio. Cuanto más nos acerquemos a Dios, más impacto tendrán nuestras vidas.
Cuanto más alimentemos nuestra relación con el Señor, más importante y positiva
será la huella que dejemos.
·Él espera hasta
tener la libertad para bendecirnos.
Dios es omnipotente, pero no violará sus propios principios. Nos acerca
a Él para que podamos experimentar su amor y su perdón. El Señor nos pide
nuestra entrega voluntaria para poder darnos sus mejores bendiciones.
Entonces, ¿por qué nos resistimos? Sabiendo todo esto, ¿por qué
nos resistimos a rendirnos a Él?
El orgullo es la razón principal que les impide a las personas rendirse
al Señor. Piensan que saben más que Dios y que pueden manejar sus vidas mejor
que Él, por lo que le mantienen a una distancia prudencial.
Otros no se rinden porque tienen miedo de lo que Dios hará (o no) con
ellos. Piensan que si le dan el control, Él les obligará a hacer justo aquello
que los hará más desdichados.
Otros se niegan a rendirse a Cristo porque creen la mentira de Satanás,
que les dice que Dios es condenatorio y que les castigará por sus errores.
¡Todo esto es completamente falso! Dios tiene siempre en
mente lo mejor para nosotros. Nunca nos negará algo bueno si nos sometemos de
buena gana a su voluntad (Ro 8.32). Él nos dice: «Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis» (Jeremías 29.11).
Lo único razonable es rendirse a Dios, porque cuando lo hacemos nos
acercamos más a Él —su prioridad para nosotros— y empezamos a tener un impacto
en este mundo.
Pídale a Dios que le acerque una vez
más a Él.
Alcance su destino. Anne Graham Lotz le comentó en cierta ocasión
a un entrevistador las muchas pruebas que había enfrentado en los últimos años,
entre ellas las serias enfermedades de sus padres y la batalla de su hijo
contra el cáncer. Al final ella llegó al punto donde lo único que anheló tener
fue a Jesús. «Denme sólo a Jesús», declaró.
Anne había entendido que si tenía una relación personal, íntima, con el
Salvador del universo, entonces todos los problemas que enfrentara los
encararía Él con ella, y Dios traería una dulce determinación y paz a su
corazón.
¿Es este el clamor de su corazón? ¿Quiere usted conocer al Salvador y
vivir en la plenitud de su bendición cada día?
Puede hacerlo. David escribió: «Los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien» Sal 34.10 Cuando usted aceptó a Jesús como su Salvador, el Señor no sólo le
perdonó, sino que también le convirtió en una nueva criatura, ya no alejada de
Dios, sino capaz de acercarse a Él.
Si usted se ha alejado de su devoción al Salvador y siente como si se
apartara cada día más de su relación con el Señor, ore entonces para que Él le
acerque una vez más. Dios conoce sus debilidades, y si usted le dice que asuma
el control de su vida, Él vendrá a usted con poder trayendo luz y esperanza a
su situación, no importa lo oscura y desesperada que parezca."Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano." Isaías 55.6,
7.
Por Charles Stanley
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