viernes, 18 de marzo de 2016

☕Una tacita de café y 📖 Teología


Lectura: Juan 5:19-30
Cuando Jesús dijo: “Mi Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo”, los líderes religiosos creían que Él estaba “quebrantando el día de reposo”.
Los líderes reclamaban que: “incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios.”
Jesús claramente estaba diciendo que no necesitaba seguir la interpretación de ellos con respecto al día de reposo y que efectivamente es igual a Dios. Esto provocó a los líderes religiosos y van a buscar la forma para matarlo.
Ellos decidieron que la forma para realizarlo, era llevar a Jesús ante el Sanedrín para que lo condenaran por blasfemar frente al pueblo.
Leyeron los cargos contra Jesús, lo acusaron de quebrantar la ley del día de reposo al decirle a un hombre que tomara su camilla y caminara.
También de blasfemia, al decir que era igual a Dios. Ahora es el tiempo de Jesús para defenderse contra los cargos que le habían hecho.
Jesús los sorprende al no negar sus cargos, y defiende su posición de ser Dios.
Este es un gran momento para Jesús. Este es un momento de cambio en su ministerio y para el movimiento que acaba de nacer. Jesús inició su defensa al decir: “Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo.” Jesús en Juan 5:19-30 expone todo, sin guardarse nada.
Les dice que su Padre se revela a Jesús y que solamente está haciendo (trabajando en el día de reposo) lo que ve a su Padre hacer (trabajando en el día de reposo). Continúa describiendo la increíble relación que tiene con su Padre.
El Padre lo ama, le muestra que hacer, le da poder sobre la muerte, autoridad para juzgar, el poder para dar vida eterna, la autoridad sobre la vida y la muerte.
Jesús está afirmando que tiene una relación con su Padre como ninguna que algún hombre haya tenido.
Jesús vino a modelarnos una vida en completa dependencia en el Padre.
Jesús dice en Juan 5:30 “pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió.”
Jesús vivió complaciendo su Padre en completa dependencia a Él.
Medita hoy sobre esta relación.
¿Cuán dependiente eres del Señor?
¿Hablas con Él diariamente,
lees Su Palabra, buscas hacer Su voluntad, te reúnes con otros que quieren conocer más de Su maravilloso plan?
SL/ME

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