viernes, 29 de enero de 2016

DEVOCIONAL E INTIMIDAD CON JESÚS: LA PALABRA DE DIOS ES MI FUNDAMENTO


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CREO EN LA 

PALABRA 

DE DIOS

Lectura: Lucas 4:1-13
Jesús fue “impulsado” y luego “llevado” al desierto por el Espíritu Santo, donde Dios le habló con ternura.
Es en el desierto donde los tres (Padre, Hijo y Espíritu Santo) van a estar íntimamente juntos y donde Satanás va a venir a tentar a Jesús. Lucas dijo: “No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre… le propuso el diablo…” Lucas nos dice que Jesús había ayunado por 40 días y tuvo hambre, probablemente se encontraba físicamente cansado y el diablo vino a tentarlo con tres tentaciones específicas.
El diablo dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Satanás ataca a Jesús con su necesidad física como ser humano. Esto es una agresión a la bondad de Dios y a Su provisión en la vida de Jesús. Pero el ataque va más allá, va directo a la identidad de Jesús. Cuando Satanás le dice: “Si eres el Hijo de Dios”, lo está tentando a lo que claramente ya Dios le había dicho en Su bautismo: “Tú eres mi hijo”.
Y tú, puedes estar seguro que el diablo te atacará en tu identidad en Cristo. También hará que dudes de la provisión de Dios en tu vida.
Cuando el diablo venga mientras atraviesas un desierto, aprende a responderle como lo hizo Jesús: usando la Palabra de Dios.
Jesús cita Deuteronomio 8:3 cuando dice: “Escrito está: no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Él le dice al diablo que no tiene nada que demostrarle. Sé lo que mi Padre me dijo y lo creo con todo mi corazón. Escogí creerle a mi Padre.
Voy a vivir mi vida en la tierra creyendo cada palabra que el Padre me dice. ¡Voy a tomar órdenes y dirección sólo del Padre, no suyas satanás! Me voy a alimentar de la Palabra de Dios.
Uno de los secretos cuando estamos en el desierto y el enemigo nos ataca es responder con la Palabra de Dios.
Jesús escogió escuchar y alimentarse de las palabras de Su Padre Celestial. No tenemos nada que probarle al diablo. Cuando te sientas tentado a cuestionar la provisión de Dios en tu vida, recuerda Deuteronomio 8:3 “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Piensa hoy en Romanos 8:3 y luego memorízalo.
¿Te alimentas diariamente de la Palabra de Dios?
SL/ME

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