QUÉ ES Y QUÉ NO ES LA ORACIÓN
Tema # 5
Pero yo elevo
a ti mi oración oh Señor…
Salmo
69:13
La
oración no es sentarse con los ojos cerrados y tratar de vaciar nuestra cabeza
de toda actividad cerebral consiente, eso no es orar.
Repetir
palabras de manera incoherente no es orar.
Cruzar
las piernas y cantar un mantra, encender una vela y mantener a alguien en el
pensamiento, tampoco es orar.
Puedes
arrodillarte en la iglesia con la cabeza inclinada y los ojos cerrados, puedes decir
palabras en voz alta que parecen una oración, pero si lo haces para impresionar
a las personas de forma mecánica y sin hablar con Dios, en realidad no estás
orando.
La
oración es comunicarse con Dios en forma reverente y con toda sinceridad, se
trata de interactuar directamente con Él y tener la certeza de que Él está ahí
de verdad. No olvidemos que estamos en Su presencia cuando oramos.
Tratemos
de entender como es estar verdaderamente en la presencia del Altísimo, nuestra mente
no vagaría despreocupadamente, no dormitaríamos, estaríamos completamente
alertas y pendientes con toda la atención en Él, impactados en silencio a la
espera del momento en que Él nos hable, nos humillaríamos y tendríamos cuidado
de lo que sale de nuestra boca.
La
única razón por la que se nos ha dado el privilegio de la oración es porque
Jesús, cargó con nuestros pecados, los expió con Su propia sangre y trascendió
los cielos para crear un portal de acceso al Padre Heb.4:14.
Jesús
es nuestro mediador y nuestro intermediario. El Padre decidió enviar al Hijo
para vivir una vida sin mancha; para que se le pudiera ver, sentir y tocar a Jesús
en carne humana, es la sangre de Cristo la que nos protege del fuego consumidor
de la santidad de Dios.
Sí,
nuestro Dios es fuego consumidor Heb.12:29. Acercarnos a Él en nuestros pecados
seria como si un helado intentara aproximarse al sol. No nos olvidemos de cuán
grande y magnifico es Dios y que como creyentes estamos revestidos de su
justicia. Solo a través de Cristo es seguro acercarse a Dios.
Estamos
invitados a orar. Acerquémonos con confianza al trono de la gracia Heb.4:16. En
Él nuestro gran Dios es también nuestro Amigo.
Él nuestro gran Dios es también nuestro Amigo.
Tres
afirmaciones que pueden facilitar tu viaje a través de la oración:
1. La oración es comunión con Dios para: Conocer amar y adorar
íntimamente al Señor. La oración es un intercambio y una comunión intima entre
dos partes que se aman. Es una manera constante y diaria de conocer cada vez
mejor a Dios, de comprender quien es y lo que hace. Cuanto más lo conocemos y
lo experimentamos, más profundizamos en nuestro respeto y amor por El; un amor
que nunca puede igualar la profundidad de Su amor por nosotros Sal. 63:3-4, conocer
y amar a Dios nos lleva a adorarlo.
2. La oración es comunión con Dios para: Entender y conformar
nuestra vida a Su voluntad y a Sus caminos. La oración no simplemente cambia las cosas,
nos cambia a nosotros, a medida que oramos Dios nos va revelando cuál es Su
voluntad, Sus caminos y comienza a alinear nuestro corazón y nuestra mente con
los de Él. Cuanto más tiempo pasamos con Dios, más humildes, abnegados y
parecidos a Jesús nos volvemos.
3. La oración es comunión con Dios para: Acceder a Su reino,
Su poder y Su gloria y difundirlos. Cuando oramos diciendo: Danos hoy…, no nos
metas en tentación…, líbranos…, estamos intentando acceder a los recursos del
reino de Dios, que Su poder soberano obre a nuestro favor, y que Él revele Su
gloria en nuestra situación. Cuando buscamos primero Su reino, todas las demás
cosas son añadidas Mat. 6:33. Las últimas palabras del Padre nuestro: “porque
Tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre jamás Mat.6:13, nos
recuerdan que Dios es el dueño de todo, soberano sobre todo y digno por, sobre
todo. Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amen Rom.11:36.
ORACIÓN:
Padre, ayúdame a no olvidar nunca más que estoy en Tu maravillosa presencia cuando oro. Ayúdame a no entrar en Tu presencia como si fuera una tarea o una actividad automática, una mera repetición de palabras cansadas. En cambio, ayúdame a venir a Ti con adoración, con amor y con un verdadero deseo de experimentarte en forma personal. Ayúdame a abandonar mis propias motivaciones y garantías. Solo quiero estar directamente alineado a Tu voluntad, que Tu reino fluya a través de mi corazón y de mi hogar y me lleve a donde Tú quieres que vaya. ¡Amen!
El
Plan de Batalla para la Oración
Stephen y Alex Kendrick
Tema #5Abrazadas por Su Gracia©
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