Las cosas secretas pertenecen,
al Señor nuestro Dios… (Deuteronomio 29:29)
La escritura rebela que Jesús
oraba principalmente en secreto. Su rutina era levantarse temprano para estar a
solas en oración (Mar.1:35), despedir a todos por la tarde y escapar a un lugar
solitario (Mar.6:46), o quedarse hasta tarde y orar cuando los demás ya se
habían ido a dormir (Luc. 6:12)
Por el contrario las oraciones
de algunos líderes de la época eran engreídas eran todo un espectáculo, lo que
querían era impresionar a multitudes y convencer a las personas de que eran
gigantes espirituales. Jesús los llamaba hipócritas. Consideremos lo que dijo
en Mateo 6:5: Y cuando oréis no seáis como los hipócritas; porque a ellos les
gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles,
para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su
recompensa.
Nuestra fe y servicio hacia
Dios siempre tienen que ser una cuestión de humildad y sinceridad. Y siempre
dirigidos a Él, nuestra única audiencia, en lugar de esperar la alabanza
inconstante y pasajera de los hombres. No es que este mal orar en público. A
veces guiar a otros en oración es una manera amorosa de parecernos a Cristo.
Moisés,
Josué, David, Salomón y hasta Jesús mismo oraron ante grandes grupos de
personas cuando fue necesario, los guiaban a concentrarse en Dios, no
intentaban impresionar a nadie ni buscar elogios.
Sin importar lo que hagamos,
tenemos que morir a nosotros mismos y que nuestra prioridad siempre sea agradar
a Dios. Como nos enseña el apóstol Pablo, si yo todavía estuviera tratando de
agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. (Gal. 1:10)
La reverencia, la humildad y
la sinceridad con la que nos acercamos a Dios deben reflejarse en nuestra
manera de hablar con Él, sin importar si alguien más escucha. Tenemos que
revisar nuestras motivaciones y crucificar todo orgullo al orar.
La hipocresía tiene que
desaparecer; el temor al hombre no puede condicionarnos. Guiar a otros en
oración es una gran responsabilidad, y el centro de atención nunca debe estar
en el que ora, sino solo en Dios.
Aunque la oración colectiva
puede tener gran poder en la iglesia, Jesús enseña aquí que orar a solas y en
secreto es fundamental. Dios aborrece la hipocresía de los que buscan su propia
gloria mientras fingen glorificarlo. (Prov.8:13; Mat. 15:8)
La oración en secreto te
coloca en una situación libre de distracciones, donde puedes concentrarte en
adorar a Dios, confesar tus pecados, darle gracias por Sus bendiciones y Su
guía, y presentarle tus necesidades. Hay un beneficio más, en Mateo 6:6, Jesús
dijo que tu Padre está en el lugar secreto, ve lo que haces por El allí y te
recompensara. Si Dios afirma que está presente en el lugar secreto, ¿Cómo
podríamos no querer encontrarnos con El
allí? ¿Quién no quiere que El Señor lo recompense, que responda a sus
ruegos?
Si el hijo de Dios buscaba
primeramente a su Padre en secreto y después nos mandó a hacer lo mismo, ¿Cómo
no vamos a hacerlo?
Si oramos más en frente de los
demás en secreto, lo más probable es que estemos buscando la aprobación de los
hombres. Incluso si oramos en secreto pero luego hacemos alarde de eso, somos
orgullosos. Pero cuando el único que nos ve es El Señor, y solo Él puede
escucharnos, nuestras motivaciones son más puras. Tú verdadero corazón se
revela en secreto, lo que eres en secreto es lo que eres en realidad, eres lo
que piensas en tu interior; lo que haces cuando nadie te ve. Estar a solas con
Dios es una manera de decir: Te elijo sobre todos los demás.
Los secretos del Señor son
para los que le temen, y Él les dará a conocer su pacto, (sal.25:14)
En tu lugar secreto,
descubrirás el secreto para triunfar, y tu ausencia del lugar secreto también
traerá una ausencia de victoria. Así que entra y permanece allí; escapa a ese
lugar y adora. Ora allí, y mantenlo en secreto.
ORACIÓN:
Oh, Señor, muéstrame por que
dejo pasar tantas oportunidades de estar a solas contigo. Ayúdame a entender el valor de mi tiempo contigo. Es
allí donde puedo escucharte mejor, ser más sincero ante ti y disfrutar más de
las bendiciones y las recompensas de tu presencia. Gracias por querer estar tan
cerca, y por invitarme a pasar tiempo contigo, solo nosotros dos.
Ayúdame a
morir a mi orgullo y a deleitarme en
pasar tiempo a solas contigo.
El Plan de Batalla para la Oración
Stephen y Alex Kendrick
Abrazadas por Su Gracia©
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