Capítulo 23
LA MARAVILLA DE LOS NOMBRES DE
DIOS
Sea bendito tu glorioso nombre y
exaltado sobre toda bendición y alabanza. (Nehemias 9:5)
La Biblia revela que nuestro Dios
tiene muchos nombres. Cuando oramos a Él, podemos acercarnos por distintas razones.
Cada uno de sus nombres son vastos y sorprendentes y nos ayuda a entenderlo,
valorarlo y adorarlo aún más.
A medida que descubrimos los
distintos nombres de Dios y nos familiarizamos con ellos nos relacionamos más
íntimamente y de manera personal con El, nos referimos a algunos de sus nombres
a medida que aprendemos la importancia de incluirlos en nuestras oraciones. Al
mirar la Escritura, descubrimos que los nombres de Dios reflejan, sus atributos invisibles, su eterno
poder y divinidad (Romanos 1:20) En otras palabras, lo que dice su nombre así es
El.
Al interactuar con Dios
constantemente hacemos uso de Sus nombres. Invocamos el nombre del Señor para
ser salvos (Romanos 10:13), proclamamos sus nombres al testificar (Hechos 9:20)
adoramos su nombre con nuestra alabanza (Salmo 135:1), confiamos en el nombre
del Señor en nuestra vida Salmo 33:21) y oramos en su nombre al interceder
(Juan 14:13)
El nombre Elohim (Dios) es el
primer nombre del Señor que se usa en la Biblia.
Es plural y a veces se refiere
a todos los miembros de la Trinidad.
A Dios Padre se lo llama: Dios
(Salmo 22:1) Señor (Isaías 53:10) Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (1 Pedro 1:3) Padre de los huérfanos (Salmo 68:5) a Dios se lo llama el Ungido
(hechos 4:26 NVI) el Cordero de Dios (Juan 1:29) el Cristo de Dios (Lucas 9:20)
el hijo unigénito (Juan 3:16) el Alfa y la Omega (Apoca. 1:8) el Hijo del
hombre (Juan 5:27) el autor y consumador de la fe (Heb.12:2) Rey de reyes y
Señor de señores (Apo.19:16) a Dios el Espíritu de Cristo (1 Pedro 1:11)
Consolador (Juan 14:16) el Espíritu de Dios vivo (2 Cor.3:3).
Dios quiere que podamos alabarlo
con nombres que reflejen específicamente un tributo que queremos honrar para
abordar una necesidad especifica.
El Salmo 91:1-2 describe a Dios diciendo:
El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del omnipotente. Diré
yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía, Mi Dios en quien confió. En estos dos
versículos se hace referencia al mismo Dios con varios nombres y
descripciones:
Elyòn, (el Altísimo) Shaddai (el Omnipotente), Yahveh (el Señor)
mi refugio, mi fortaleza y mi Dios (Elohìm)
Pero el nombre de Jesús es el más
precioso para nosotros porque Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le
confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la
tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es señor, para gloria de Dios
Padre (Fil.2:9-11).
Al mismo tiempo, incluso sin
saber un nombre especifico, podemos alabar al Señor en nuestras circunstancias
y declarar su señorío sobre la necesidad del momento. Señor sé que eres
soberano sobre el clima, así que te pido que envíes lluvia a nuestra ciudad, o
Señor eres el gran Médico, te pido que guíes a los doctores en esta cirugía.
Dios tiene nombres más formales:
en nuestro tiempo de necesidad es Jehovà Jireh, el Señor nuestro proveedor.
Cuando luchamos con la enfermedad, es Jehovà Rafa el Señor nuestro Sanador.
Si necesitamos consuelo es Jehovà Raa, el señor nuestro Pastor.
Cuando tenemos miedo o estamos estresados, El es Jehovà Shalom, nuestra Paz.
Cuando Dios nos perdona y nos limpia, es Jehovà Tsidquenù, el Señor nuestra Justicia.
Si no recuerdas esos nombres formales puedes alabar a Dios en tu idioma, invocándolo como el Dios de Amor, fidelidad, misericordia, consuelo, protección, justicia, perdón, poder y salvación, la lista es infinita. Lo importante es buscarlo, adorarlo y orar proclamando quien es; reconocerlo como Creador, tu Padre y lo único que necesitas.
Cuando luchamos con la enfermedad, es Jehovà Rafa el Señor nuestro Sanador.
Si necesitamos consuelo es Jehovà Raa, el señor nuestro Pastor.
Cuando tenemos miedo o estamos estresados, El es Jehovà Shalom, nuestra Paz.
Cuando Dios nos perdona y nos limpia, es Jehovà Tsidquenù, el Señor nuestra Justicia.
Si no recuerdas esos nombres formales puedes alabar a Dios en tu idioma, invocándolo como el Dios de Amor, fidelidad, misericordia, consuelo, protección, justicia, perdón, poder y salvación, la lista es infinita. Lo importante es buscarlo, adorarlo y orar proclamando quien es; reconocerlo como Creador, tu Padre y lo único que necesitas.
A El le encanta escuchar que sus hijos lo reconocen por todo lo
que hace y lo que puede hacer.
ORACIÓN:
Señor, Tu nombre es grande, así
como tú eres grande. Y aunque eres un solo Dios, el creador inigualable de todo,
te alabo por ser más de lo que comprendo y todo lo que necesito. Gracias por
permitirme acudir a ti en todo momento, en cualquier circunstancia y por
prometer ser lo único que necesito siempre. Hoy te alabo Señor mi Dios, mi
salvador, mi sustentador mi amigo y mi razón de vivir.
El Plan de Batalla para la Oración
Stephen y Alex Kendrick
Abrazadas por Su Gracia©
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